martes, 17 de abril de 2012

Espirales y Mandalas


De “El  Hombre y sus Símbolos”  de C. G. Jung



3. El Proceso de Individuación de M. L. Von Franz



(…) Un abad tibetano dijo una vez al Dr. Jung que los mandalas mas impresionantes del Tíbet están construidos por la imaginación, o dirigidos por la fantasía, cuando el equilibrio psicológico del grupo se perturba o cuando un pensamiento particular no puede expresarse porque aún no está contenido en la sagrada doctrina y, por tanto, tiene que ser buscado. En estas observaciones surgen dos aspectos básicos, de igual importancia, del simbolismo del mandala. El mandala sirve como propósito conservador, especialmente, para restablecer un orden existente con anterioridad. Pero también sirve al propósito creador de dar expresión y forma a algo que aun no existe, algo que es nuevo y único. El segundo aspecto es, quizás, aun mas importante que el primero, pero no lo contradice. Porque, en la mayoría de los casos, lo que restablece el antiguo orden, simultáneamente, implica cierto elemento de creación nueva. En el nuevo orden, los modelos mas antiguos vuelven a un nivel superior. El proceso es el de la espiral ascendente que va hacia arriba mientras vuelve una y otra vez al mismo punto (…)





Comentario: 

Me pareció un lindo punto a destacar de cómo simbólicamente podemos, a través de la amplificación, llevar este mismo concepto de la doctrina sagrada tibetana a nuestra propia conciencia, y al ordenamiento de nuestra propia psiqué. Primero, el sentido ordenador por excelencia del mandala sobre algo preexistente, y en segundo lugar, como ello surge de esta materialización de algo nuevo, sin que ello implique un sentido previamente pensado o razonado, sino que simplemente nace del acto creativo a través de nuestra  propia “imaginación o fantasía”.  Este nuevo acto, esta creación brotada y materializada se puede manifestar en muchas formas, (se ve en ello la gran implicancia que ha tenido el estudio y resultados en Arte Terapia) pero también cabe destacar del texto que cuando acometemos inconscientemente este proceso  equlibrador, o cuando por cualquier razón particular hay una búsqueda de un pensamiento ordenador, mayoritariamente, podría decirse una búsqueda interior mas comprometida y profunda, surgen entonces mandalas en formas espiraladas. Representándose en  esas formas y dinámicas la espiral simboliza también la búsqueda de una idea mas elevada, nueva, no en contrario con un estado anterior, sino transformándolo en el presente, y ahí es donde en esa dinámica de espiral pareciera volverse al mismo centro, pero en donde las implicancias pueden ser, bien apreciadas, amplias y sumamente positivas.