jueves, 26 de enero de 2012

Acerca del color IV - Taller de pintura

 Rojo

 El simbolismo del rojo está determinado por dos experiencias elementales: el fuego es rojo, y roja es también la sangre. Fuego y sangre tienen, en todas las culturas de todos los tiempos, un significado existencial. 

 Del amor al  odio, el rojo es el color de las pasiones. El rojo es el color que simboliza la vida animal. En el antiguo simbolismo, el rojo es el color de la materia, por ser la materia lo próximo y tangible.




 En el acorde rojo-azul se unen fuerzas corporales y espirituales. Rojo–azul-oro es el acorde de lo atractivo, el valor, el mérito; de todas las cualidades ideales resultantes de la superioridad corporal y espiritual.


  El rojo es el color de la guerra: a Marte, el dios de la guerra, se le atribuía el color rojo, el color de la sangre. El rojo da fuerza, por eso los guerreros iban vestidos de rojo o se pintaban de ese color. La amapola simboliza la sangre vertida de los soldados en campo de batalla.

 Tan antigua como la creencia en el poder de la sangre es la adoración del fuego como fuerza divina. El fuego hace desaparecer el frío y ahuyenta los poderes de las tinieblas. El fuego purifica al tiempo que aniquila. Todas las llamas se dirigen hacia arriba, a lo alto, y en ello se veía su origen divino, pues quieren regresar al cielo, del que descendieron a través del rayo.
 El fuego es imagen de lo divino, es Dios mismo, en todas las religiones los dioses aparecen como nubes de fuego. Moisés ve a Dios como una zarza ardiente, el Espíritu Santo se aparece como una llama.
 Allí donde el calor amenaza la vida, el rojo es el color de lo demoníaco. En el antiguo Egipto, el color rojo era símbolo de todo lo malo y destructor. En los países de clima frío, donde se busca el calor, el rojo tiene un significado positivo.

 Goethe lo llamó el “rey de los colores”. El rojo masculino es el color de la fuerza, la actividad y la agresividad. 

 El rojo claro y el rojo oscuro se complementan como los contrarios “masculino” y “femenino”. El rojo claro simboliza el corazón, y el oscuro el vientre. El claro simboliza la actividad, mientras que el oscuro es un color quieto, uno de los colores de la noche. Por eso produce el rojo oscuro un efecto completamente distinto al del claro cuando ambos están junto al negro.

 El rojo es el color principal de la felicidad. La idea de un color de la felicidad es especialmente popular en China: como en los restaurantes a menudo se celebran eventos felices, en la mayoría de los restaurantes chinos abunda el color rojo. Un regalo típico de Año Nuevo son los huevos, que al igual que nuestros huevos de Pascua, simbolizan todo lo que comienza. Estos huevos son siempre rojos. Los chinos se casan de rojo. También las mujeres hindúes se casan de rojo. El rojo es el color sagrado de Lakshmi, la diosa india de la belleza y la riqueza.


 Como el calor, y como todo lo que suena alto, el rojo actúa siempre en la cercanía. Ópticamente, el rojo se sitúa siempre delante. El rojo es por lo general el color de los extrovertidos. No puede quedar en segundo plano. El polo opuesto psicológico es el azul.
 Durante siglos se consideraron hermosos sólo los colores puros y luminosos. En consecuencia, los colores luminosos eran privilegio de las clases superiores.
 La valoración de los colores puros y luminosos era indisociable de su precio. Cuanto más luminoso era un color, más caro, pues era difícil limpiar de impurezas  los tintes naturales.
 La antigua creencia de que el rojo da fuerza y poder se evidencia en el hecho de que la nobleza dominante prohibiera a sus súbditos vestir de rojo. El rojo púrpura es un color simbólico del poder. Es un violeta como el de las amatistas. Este color es el color más caro de la antigüedad. Su producción era un secreto de los tintoreros imperiales de la corte bizantina.

 El rojo es un color primario (magenta).
 En las artes visuales es un color saliente, debemos controlar su extensión, ubicación e intensidad y en grandes áreas cansa rápidamente. Ubicado en la mitad superior del campo visual es pesado y amenazador. En la mitad inferior derecha sugiere calma y espontaneidad.