martes, 24 de julio de 2012


Sobre Individualidad y los Mandalas


Del Libro "Psicología y Alquimia" de C. G. Jung

(...) No quiero extenderme (…) sobre lo que supone el mándala para el lamaísta y el tantrista, el azteca y el indio pueblo, o la «pildora de oro» para el taoísta, ni el «germen áureo», para el hindú. Conocemos los textos que nos proporcionan una imagen viva de esto. Pero, ¿qué significado tiene que al inconsciente de un europeo civilizado se le presenten con tenacidad constante unos símbolos tan abstrusos? El único punto de vista de que me puedo servir a este fin es el psicológico. (Quizás existan otros de los que yo no entienda.) Desde este punto de vista, todo lo que se puede resumir en el concepto general mándala me parece la sustancia de una postura determinada. Las posturas conocidas del consciente tienen metas y propósitos indicables. Pero la postura centrada en la individualidad es la única que no tiene ninguna meta indicable ni propósito alguno visible. Naturalmente, se puede hablar de «individualidad»; pero lo que se pretende decir con esta palabra queda envuelto en una oscuridad «metafísica». Cierto que yo defino la «individualidad» como la totalidad de la psique consciente e inconsciente; pero esta totalidad es inabarcable con la vista, es una auténtica lapis invisibilitatis; pues el inconsciente no es indicable como tal, es un simple postulado —en el aspecto de existencia— sobre cuyos contenidos posibles no se puede explicar nada en realidad. La totalidad es empírica sólo en sus partes y en cuanto que éstas son contenido del consciente, pero como totalidad trasciende forzosamente del consciente. En consecuencia, la «individualidad» es sólo un concepto límite, poco más o menos «la cosa en sí» de Kant. Cierto que es una idea que se ilustra de manera continua empíricamente, como exponen nuestros sueños, pero sin que por ello pierda nada de su trascendencia. Y como es imposible señalar límites a lo que desconocemos, a lo que no podemos saber, tampoco estamos en condiciones de señalar límite alguno a la individualidad (...) 


Comentario:

Este texto corresponde al libro “Psicología y Alquimia” y se refiere al mandala en los sueños, o el símbolo circular que puede aparecer en distintas formas, tamaños, estructuras, pero que sin embargo, si bien éste es un símbolo mas bien oriental, igualmente aparece en el  “hombre occidental” como ordenador, mensajero y, como el mismo afirma, para servir a un fin psicológico.

Con respecto al trabajo de “individuación” que transitamos a través del mandala, queda claro que esa individualidad nos es totalmente ajena, es poco el resultado que podemos obtener de  las búsquedas o metas que puedan llegar a la conciencia, pero que sin duda en su dedicación siempre habrá una constante movilización interna, muchas veces inasible, pero que sin embargo nos traen a veces un tipo de remanso, y ya ese pequeño reconocimiento es una invitación a seguir el viaje, a seguir creando, a seguir reconociendonos “ilimitados”, con todo lo que ello implica.

Aquí mas trabajos realizados en el taller:
Trabajo de Marina
Trabajo de Anita

Trabajo de Leyla
Trabajo de Marina


Trabajo de Leyla
Trabajo de Anita