Sobre Individualidad y los Mandalas
Del Libro "Psicología y Alquimia" de C. G. Jung
(...) No quiero extenderme (…) sobre lo que
supone el mándala para el lamaísta y el tantrista, el azteca y el indio pueblo,
o la «pildora de oro» para el taoísta, ni el «germen áureo»,
para el hindú. Conocemos los textos que nos proporcionan una imagen viva de esto.
Pero, ¿qué significado tiene que al inconsciente de un europeo civilizado se le
presenten con tenacidad constante unos símbolos tan abstrusos? El único punto
de vista de que me puedo servir a este fin es el psicológico. (Quizás existan
otros de los que yo no entienda.) Desde este punto de vista, todo lo que se
puede resumir en el concepto general mándala me parece la sustancia de una
postura determinada. Las posturas conocidas del consciente tienen metas y
propósitos indicables. Pero la postura centrada en la individualidad es la
única que no tiene ninguna meta indicable ni propósito alguno visible.
Naturalmente, se puede hablar de «individualidad»; pero lo que se pretende
decir con esta palabra queda envuelto en una oscuridad «metafísica». Cierto que
yo defino la «individualidad» como la totalidad de la psique consciente e
inconsciente; pero esta totalidad es inabarcable con la vista, es una auténtica
lapis invisibilitatis; pues el inconsciente no es indicable como tal, es
un simple postulado —en el aspecto de existencia— sobre cuyos contenidos
posibles no se puede explicar nada en realidad. La totalidad es empírica sólo
en sus partes y en cuanto que éstas son contenido del consciente, pero como
totalidad trasciende forzosamente del consciente. En consecuencia, la
«individualidad» es sólo un concepto límite, poco más o menos «la cosa en sí»
de Kant. Cierto que es una idea que se ilustra de manera continua
empíricamente, como exponen nuestros sueños, pero sin que por ello pierda nada
de su trascendencia. Y como es imposible señalar límites a lo que desconocemos,
a lo que no podemos saber, tampoco estamos en condiciones de señalar límite
alguno a la individualidad (...)
Comentario:
Este texto corresponde al libro “Psicología
y Alquimia” y se refiere al mandala en los sueños, o el símbolo circular que
puede aparecer en distintas formas, tamaños, estructuras, pero que sin embargo,
si bien éste es un símbolo mas bien oriental, igualmente aparece en el “hombre occidental” como ordenador, mensajero
y, como el mismo afirma, para servir a un fin psicológico.
Con respecto al trabajo de “individuación”
que transitamos a través del mandala, queda claro que esa individualidad nos es
totalmente ajena, es poco el resultado que podemos obtener de las búsquedas o metas que puedan llegar a la
conciencia, pero que sin duda en su dedicación siempre habrá una constante
movilización interna, muchas veces inasible, pero que sin embargo nos traen a
veces un tipo de remanso, y ya ese pequeño reconocimiento es una invitación a
seguir el viaje, a seguir creando, a seguir reconociendonos “ilimitados”, con
todo lo que ello implica.
Aquí mas trabajos realizados en el
taller:
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Trabajo de Marina |
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Trabajo de Anita |
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Trabajo de Leyla |
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Trabajo de Marina |
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Trabajo de Leyla |
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Trabajo de Anita |