lunes, 21 de noviembre de 2011

Acerca del Color

  

Teorías sobre el color

Newton y Goethe

  Las teorías sobre el color en occidente comenzaron con los griegos de la Antigüedad, que creían que los colores proceden de la lucha entre la luz y la oscuridad. Aristóteles consideraba que el  rojo estaba en la mitad de una línea continua del blanco al negro, en la que los demás colores estaban ordenados conforme a esto, el amarillo más cerca del blanco, y el azul más cerca del negro. A finales del siglo XVII, Newton utilizó un prisma de vidrio para dividir los rayos blancos de la luz del sol en un abanico de longitudes de onda, al que llamó spectrum, palabra latina que significa aparición o fantasma. Asignó nombres a los colores radiantes: violeta, índigo, azul, verde, amarillo, naranja y rojo. Diagramó estos siete colores en un círculo, en el orden en que aparecían en el espectro y en el arco iris, creando la primera rueda de color. Colocó el blanco en el centro del círculo para simbolizar la síntesis de todos los colores en la luz blanca. El naranja, el verde y el violeta son los colores primarios de la luz.
                                                                                                                                                    
 Con su teoría de los colores Johann Wolfgang von Goethe quiso rebatir la teoría del científico Isaac Newton. Para Goethe la suma de todos los colores era el color gris, todos los colores nacen del gris. Tal es el punto de partida de su teoría. La luz del sol es incolora, plantea, pero cuando el cielo está nublado, los rayos del sol se ven amarillos. Cuanto más oscurecida está la luz solar, más intenso es su color –en el amanecer y en el ocaso, la luz del sol es roja-. Goethe observaba el cielo nocturno a través de un disco de vidrio oscurecido e iluminado por la luz de una vela y el cielo aparecía de color violeta. Cuanto más oscurecido el disco, más azul se veía el cielo. Por eso pensaba Goethe que el amarillo, el rojo y el azul surgen de lo oscuro, de lo turbio. El problema de Goethe era que no distinguía  entre la mezcla aditiva y la mezcla sustractiva (sustracción de la luz que realizan los colores materiales al mezclarse). 
 Goethe buscaba la esencia de los colores en sí. Quería revelar los “protofenómenos” frente a la “naturaleza artificial de las ciencias naturales”. Quería construir un sistema jerárquico con colores inferiores y superiores. El más elevado era el rojo, y el inferior el verde. El uso de los colores superiores e inferiores debía resaltar su mutua oposición, la elevación de unos sobre otros. Polaridad y elevación son los dos principios en los que se fundamenta la teoría goethiana de los colores.  Desarrolló una Parte didáctica en su Teoría de los colores, en la que considera el efecto sensible-moral de los colores, es decir, su efecto psicológico, simbólico y el simbolismo de los mismos socialmente establecido. Según su principio de la armonía por la polaridad, por medio de los opuestos que se complementan, crean una armonía natural aquellos colores que se complementan mutuamente, esto es, los colores complementarios. “Hacia la armonía por la jerarquía”, el principio más importante en Goethe, significa que los colores complementarios no pueden estar juntos como si tuvieran el mismo valor. Sólo un color puede parecer puro, y el resto opacos, debilitados con blanco o con negro. El color debilitado debe ser el que ocupe la mayor superficie. El color puro es cualidad dominante, mientras que el color quebrado es cantidad dominada. La teoría de los colores refleja un cuadro social.

 


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